Cuando Hispalinux se fundó, hace más de 10 años, el mundo de la tecnología, tal como lo conocemos, era distinto. El mundo del software más aún. En aquella época una entidad jurídica que aglutinara a las personas relacionadas con el software libre (en adelante SL) que estaban dispersas y, en cierto modo, aisladas era imprescindible, luego surgió de modo natural ayudada por el entusiasmo de sus fundadores e internet..
Yo no era socio de HIspalinux en sus comienzos. En realidad, me hice socio recientemente. Pero sí puedo constatar que existía en sus miembros una necesidad lógica de conocer y conectar con quienes compartían algo más que un hobby. Hispalinux se alimentó de esa necesidad convirtiéndose en el gran referente en SL de nuestro país.
Sus primeros miembros consiguieron generar la masa crítica necesaria para realizar acciones de impacto que aún hoy algunos recuerdan. A buen seguro que se las contarán a sus nietos. Y harán bien porque en verdad algunas de ellas tuvieron mucho mérito.
En definitiva, que la labor de Hispalinux ha sido un éxito.
El entorno ha cambiado enormemente desde aquellos tiempos y los miembros de Hispalinux también. Ahora el movimiento del software libre en nuestro país está consolidado. Se enfrenta a nuevos retos, distintos de los iniciales. Los LUGs son visibles y activos, especialmente en los entornos universitarios, comienza a visualizarse claramente un movimiento empresarial y otro paralelo en las AAPP que utiliza, comercializa y promueve el software libre de un modo natural, lejos de aquella beligerancia necesaria de los primeros tiempos, aunque con resultados igualmente concluyentes.
Hacen falta nuevas herramientas, nuevas estructuras para afrontar la enorme tarea que nos queda por delante. Hispalinux tiene que replantearse nuevos objetivos y nuevos procedimientos internos si quiere seguir liderando el movimiento del SL. Debe dejar de ser una asociación cuyo principal objetivo sea promocionar o promover para establecer como principal objetivo defender. Se trata de un fin más cercano a lo que vulgarmente conocemos como un lobby que a los fines de una asociación al estilo clásico. Suena mal pero creo que esa debe ser su principal función. Lo es ya de hecho.
Otro elemento relevante, consecuencia en cierto modo del anterior, es que debe especializarse. Los frentes abiertos en la actualidad son tremendamente diversos y, en muchos casos, dispares. Esa necesaria especialización debe reflejarse con claridad en los estatutos, de modo que los grupos de trabajo puedan ser eficientes en su labor sin escapar al control de la propia entidad.
Hispalinux debe dejar de articularse como una asociación y comenzar a hacerlo como un proyecto de comunidad. Parece mentira que, viniendo de donde viene, no haya adoptado modelos propios del software libre en su estructura. Sigue articulada de un modo rígido típico de modelos clásicos. España no se caracteriza por disponer de una gran variedad de figuras jurídicas, pero quizás deben estudiarse algunas de ellas como alternativa a la actual. En todo caso, sus estatutos sí pueden establecer mecanismos flexibles y participativos donde la meritocracia sea norma y no excepción. Donde la participación sea casi una obligación y donde el trabajo sea fruto de la colaboración y no del empeño de unos pocos.
España es un país que se encuentra dentro de la Comunidad Europea. Ya no basta con defender los intereses del software libre aquí. Latinoamérica es un campo de acción fabuloso que no ha sido debidamente atendido. Con la experiencia que aglutina Hispalinux, es posible liderar un movimiento supranacional en el continente americano. Proyectos de mucha menor envergadura que Hispalinux tienen carácter internacional y, precisamente ese ámbito, ha sido parte de su éxito.
Otro punto que requiere adaptación urgente es el de sus socios. ¿Puede defender adecuadamente los intereses del software libre hoy si solo se aglutina a usuarios? ¿Y mañana?
En definitiva, en mi opinión, Hispalinux necesita pasar por un proceso de REFUNDACIÓN que le permita, no sólo adaptarse a la nueva situación, sino liderarla, como hizo en el pasado. Si no es así, morirá. Sólo falta saber cuándo. A todos nos llega el tiempo de la renovación. Este es el momento para Hispalinux. Tal vez lo fue hace algún tiempo.
Pues totalmente de acuerdo, el SL ya no es una novedad que emerge de las catacumbas, sino una realidad asumido en la mayoría de los ámbitos.>Refundación ya, nuevos tiempos, nuevos objetivos, nuevas formas.
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