Cuando se inicia una aventura, es normal que se generen grandes expectativas, sobre todo, si ésta es innovadora y arriesgada, pero a la vez, con posibilidades reales de tener impacto significativo en un entorno concreto. Esa energía inicial debe, no obstante, contar con dosis altas de realidad, que no frustren, sino que canalicen, toda esa ilusión inicial.
Quizás mi tarea más compleja hasta ahora en ASOLIF sea precisamente esa, aportar dosis de realismo allá por donde paso a la natural ilusión con la que las empresas del sector, entidades y personas externas, así como yo mismo, vemos la gestación y nacimiento de la Federación.
Sin ilusión no hay diversión, elemento básico para la innovación. Pero sin pragmatismo y realismo no habrá proyecto a medio plazo. Estas obviedades son a veces complejas de gestionar en la práctica.
Poco a poco vamos dando pasos según un plan trazado que, no por obvio, deja de ser complejo. La ampliación y fortalecimiento de nuestra estructura, la supervivencia económica, la generación de proyectos, el fomento de la colaboración entre empresas o la defensa de los intereses del sector son objetivos irrenunciables que marcan la casi totalidad de nuestras acciones hasta ahora.
La presión exterior hacia nosotros crece lenta pero inexorablemente y la presión interna, aunque débil (gracias a las empresas por su paciencia hacia nuestro trabajo) ya comienza a dar signos de lo que debe ser en un tiempo razonable…muy alta. Será la única forma de alcanzar niveles de calidad equiparables a los que aplican las propias empresas a su trabajo.
Todo apunta a que los próximos dos o tres meses van a ser los más importantes hasta ahora para ASOLIF. Afrontamos los primeros retos clave como Federación desde nuestro nacimiento. Son olas pequeñas, pero enormes para un pequeño bebé como nosotros. Eso sí, tenemos buenos genes. Crecemos y aprendemos rápido. ¿Será suficiente? Siéntense y vean….
¿Cuáles son esos retos?
Pues eso será motivo de post posteriores….