Hace unos años el Gobierno tuvo que desembolsar 3.3 mill. de € en licencias del producto Microsoft Office. Alegaron entonces que no existía una alternativa viable a dicho producto. Hablamos de la primera CC.AA. que sacó una proposición no de ley en su Parlamento Regional de apoyo al Software Libre. Fue la pionera…de la nada.
Lo que ocurría en realidad, es que algunos de los desarrollos encargados años atrás por el propio Gobierno utilizaban como front-end este producto. En otro muchos casos, su uso era básicamente como procesador de textos y hoja de cálculo. Aún así, alegaban que productos alternativos no importaban adecuadamente los contenidos ya desarrollados y que existía un coste importante en formación sobre la nueva herramienta y migración. Preferían dar el dinero al canal de Microsoft que a pequeñas empresas locales de ingeniería de Software Libre.
Se comprometieron entonces en iniciar un camino que les permitiera reducir ese coste trabajando en diversas líneas:
- Formación en herramientas alternativas
- Identificación de casos de uso en los que la migración a otras alternativas fuera posible y migración paulatina en dichos casos.
- Definición de una política de desarrollo de soluciones en la que la interacción con los usuarios no se realizara a través del paquete ofimático de Microsoft, con lo que no se añadieran a sus costes, futuros pagos de licencia como parte necesaria de la política de mantenimiento del producto.
- Definición de una política de generación de información con MS Office compatible con productos alternativos, de modo que se facilitara una migración paulatina en muchos casos.
Fue en 2010 cuando el Gob. de Canarias se puso en contacto con ESLiC y ASOLIF para iniciar el camino que desembocaría en que una parte de los puestos del Gobierno de Canarias contara con productos alternativos a MS Office sin coste de licencia o con un coste muy inferior. Tras varios meses de negociación en el que nunca se visualizó un interés político real por parte del Gobierno de Canarias, éste decidió cancelar súbitamente esta iniciativa y consolidar el camino trazado.
Así, ante la lógica sugerencia del fabricante de Redmond sobre la necesidad de actualización de licencias de Office, el Gobierno Regional de las islas desembolsa la nada despreciable cifra de 2.3 millones de € para la actualización y compra licencias de ese producto. La misma inversión que tenía prevista en 2010.
Éstas no son todas las licencias que existen y paga el Gobierno de Canarias. A través de proyectos, incrustadas en contratos de mantenimientos, a través de empresas y organismos públicos etc., este Gobierno paga una cantidad superior en licencias de este producto. Nunca sabremos cuánto. Ellos tampoco lo saben. Ocurre lo mismo en otras CC.AA.
Una visión personal
Lo que sí sabemos es que la política seguida hasta ahora se consolida. El Gobierno de Canarias se encuentra en este momento en el mismo punto que hace cuatro años. Peor. Se enfrenta ahora a la consiguiente tendencia del mercado de actualización de equipos y sistemas operativos a plataformas Windows 7. Si espera demasiado, esa presión será mayor en favor de una migración al nuevo S.O. y a soluciones en la nube, el nuevo mesías.
Resulta irónico, además de una tomadura de pelo, que se muestre este Gobierno tan dispuesto a asumir estos costes en licencias y sea luego tan rácano en aportar dinero a empresas locales para que den los pasos necesarios para abordar una migración a gran escala. 2.3 millones de € en licencias de MS Office es un precio razonable pero 100 mil € para empresas locales en un proyecto previo de migración, que se va en horas de trabajo de ingenieros canarios, y que pretende iniciar y consolidar una política de ahorro a medio plazo de 5 millones de €, resulta inasumible.
Es la paradoja en la que caen quienes opinan que el esfuerzo de los suyos vale menos que la corbata del comercial del canal de la multinacional. Es la muestra de la visión de los responsables locales. No hay oscuros intereses ni retorcidas intenciones detrás de estos ejemplos. Es simplemente mediocridad.
He invertido mucho tiempo de mi vida intentando convencer a los que estaban y están en áreas TIC de la política local y regional que la dinámica era errónea. Nunca lo hice sólo. Hubo gente tremendamente cualificada a mi alrededor que invertía tantas o más horas que yo en ello. Sigue habiéndolas, afortunadamente, aunque la presión ha disminuido. Todo tiene un límite.
Les ha dado igual mientras tenían dinero. Les sigue dando igual ahora, a juzgar por los escasos cambios que están teniendo lugar. El tiempo de reuniones y discursos quedó atrás. Las empresas locales de Software Libre hace tiempo que dejaron de creer. Han tenido la oportunidad de impulsar empresas innovadoras de un sector emergente y apenas les han dado oportunidades reales.
Ahora que no hay dinero, las llamarán, y pretenderán que con cuatro duros solventen el desastre en el que están metidos. Conscientemente, van a enarbolar la bandera del apoyo local mientras perpetuarán la injusticia aportando millones a los mantenimientos descomunales que deben asumir por decisiones que deberían llevar a más de uno a la cárcel, mientras le compran productos libres a quienes antes vendían privativos.
Educación, justicia, sanidad….la política TIC en Canarias es un fracaso en toda regla. Y estas políticas en un terreno fragmentado son mucho más relevantes de lo que parece. La labor que tiene el Gobierno por delante es enorme y la política actual no lo ataja. No es una cuestión de nombres, ni siquiera de partidos.
La mediocridad se instaló en las capas medias y altas de la estructura TIC del Gobierno. Es imposible cambiar eso. Quienes toman las decisiones se han formado en el seno de una Administración oscura, poco eficaz, organizada en reinos de taifas con escasa coordinación, sin cultura del ahorro, en la que han dejado de ser tecnólogos y se han convertido en evaluadores de presupuestos, en expertos en la redacción y evaluación de concursos públicos. El Gobierno de Canarias está plagado de jefes de servicio con responsabilidades TIC obsoletos en el sentido amplio de la palabra. Y lo que es peor, en muchos casos inmovilistas. La mayoría de los responsables políticos provienen del canal de multinacionales, con una cultura opuesta a aquellas que promueven la generación de tejido local. O peor, no tienen la formación necesaria para asumir sus responsabilidades. Eso sí, disponen una dilatada trayectoria política.
Para mi, representan la cultura informáticas de los noventa, el pleistoceno.
Los mismos que ridiculizaban primero el Software Libre como solución técnica, luego se reían de su viabilidad económica en el ámbito de la empresa, posteriormente ningunearon al Software Libre como modelo de negocio (ridiculizaban Asociaciones como ESLiC o ASOLIF), quienes asumían que la Administración requería de grandes empresas que respaldaran sus decisiones, llegando donde las pequeñas nunca podrían llegar si no crecían, se ríen ahora del Software Libre como estrategia para la creación y consolidación de un sector innovador de PyMEs productoras de Software en Canarias. Un sector con capacidad para generar redes internacionales que descentralicen los polos generadores de riqueza, en un ámbito clave del progreso futuro de cualquier sociedad como las TIC.
Se ríen de un futuro en el que el Gobierno de Canarias pueda apoyarse en gran medida en empresas locales de Software Libre, que importen mano de obra cualificada porque Canarias no puede producirla al ritmo necesario.
Lo que antes era el producto de unos pirados peludos son ahora desvaríos de outsiders del sistema económico, sin experiencia en la política con mayúsculas.
Me pregunto cuál será el próximo escalón de esta escalera.
¿Qué hará el Gobierno de Canarias?
Seguir el guión puesto en escena. Tampoco en esto seremos innovadores.
Primero tratará de aparentar un apoyo incondicional a las empresas locales, y con ellas a las de Software Libre. Después les pedirán que les saquen del entuerto en algún ámbito de impacto, pagándoles menos de lo que merecen, mientras abonan cantidades estratosféricas por mantenimientos de dinosaurios.
Se quejarán en privado de que no hay sector maduro, pero no se preguntarán por qué. Darán mucha publicidad a cualquier tontería que hagan con Software Libre y procurarán que los proveedores afines continúen “creando empleo de futuro” pasándose a productos libres, manteniendo el mismo modelo de negocio de siempre y el mismo estatus quo.
Estaremos ante un gran cambio de política.
¿Qué deben hacer?
Como se trata de criticar para mejorar, no para destruir (eso ya lo hacen ellos solitos), me gustaría terminar con un par de ideas, no exentas de cierta sorna, sobre lo que hay que hacer.
Lo primero sería preguntar a quienes, durante años, les han dicho que se equivocaban. No se trata de darles la razón. Bastaría con escucharles. Para ello no basta con invitarles a unas reuniones sacándoles tiempo por la patilla para sus negocios. Preguntar significa en mi pueblo pagar por estudiar la situación y generar soluciones. Eso que pagan con tanta facilidad a los grandes de fuera y que nunca permiten hacer a los pequeños de casa.
Existen casos superlativos de éxito en nuestro país en la aplicación de políticas públicas, adaptadas modelos del Software Libre, orientadas a la generación de tejido local y productos de uso interno y externo. Les invito a que los observen. Y si no los ven, pregunten. Tienen en Canarias personas cualificadas que los conocen. No es necesario reinventar la rueda. Basta con asumir con humildad que otros nos llevan mucha ventaja y preguntarse por qué.
Los centros de decisión en política TIC en Canarias están ultra-descentralizados, es decir, no hay política TIC. Esta no política, además no está relacionada directamente con las de promoción TIC en la empresa, ni con las de formación en el ámbito TIC, ni con la I+D de las Universidades, ni con las de promoción exterior ni con……
Mientras eso sea así, no es posible aspirar a diseñar, y mucho menos aplicar, una estrategia diferente. No pasarán de cambiar algunos productos privativos a libres y ahorrarse pasta en licencias. Para algunos, ese es el único objetivo, por cierto.
La actual configuración de las responsabilidades del Gobierno de Canarias en materia TIC no pasa un examen elemental de una asignatura de organización. No sólo está distribuida desde un punto de vista organizativo y geográfico, sino que lo está en el ámbito político. Han confundido compartir Gobierno con partir Gobierno.
Mi conclusión es muy clara, no hay ninguna oportunidad para el cambio a corto plazo. Esta visión es compartida por muchos de mis compañeros del ámbito del Software Libre en Canarias. De esta forma, es impensable que ellos inviertan tiempo en participar de ese hipotético cambio. Y sin ellos, no será posible. Quienes nos han llevado hasta aquí tardarán tiempo en cambiar, si es que lo hacen.
No están los tiempos para luchar contra gigantes. Ahora toca mantener la empresa viva, que en Canarias no deja de ser una tarea compleja.
Enhorabuena por tu artículo, lo clavas punto por punto.
Permite añadir: 2,3 millones por 15.000 licencias sale a unos 150€ por licencia. La licencia “home & student” del office 2010 sale a 59€
¡Es que ni siquiera se han molestado en regatear el precio!
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