Visión crítica de los procesadores de texto frente a los wikis

Desde hace unos tres años vengo trabajando con wikis y LaTeX como herramientas básicas de generación de contenidos. Aunque sigo usando el procesador de textos en algunas ocasiones, e imparto cursos ofimática, soy cada vez más escéptico frente a la utilidad real de esa herramienta.

En España, y en otros países, está generalizada la idea de que la docencia del uso del procesador de textos es objetivo principal entre usuarios noveles, especialmente estudiantes y asistentes a cursos de alfabetización digital. Sin embargo, cada vez estoy más convencido de que el wiki es una herramienta más simple y productiva. Para justificar esta opinión, planteo en este primer arículo una serie de debilidades de los procesadores de texto de manera general. Estas debilidades son:

1.- Los procesadores de texto, en general, son herramientas con llevan asociado un coste económico alto.
Los procesadores de texto y paquetes ofimáticos son,por lo general, muy pesados. Se presenta pues un primer handicap que, a nivel social, acarrea una brecha digital importante según la disponibilidad de medios del centro, comunidad o pais. Para poder utilizar un procesador de textos actualizado es necesario disponer de una máquina relativamente nueva y potente.

2.- Su interfaz es poco intuitiva y compleja.
Lo primero que llama la atención a muchos usuarios es la complejidad de los menús y la cantidad ingente de opciones disponibles. Podemos concluir que se trata de una herramienta con una interfaz de usuario compleja. Tanto es así, que sólo transcurrido un periodo alto de uso, y conociendo los atajos de teclado, el procesador de textos se convierte en una herramienta medianamente eficiente. La curva de aprendizaje es alta.

3.- Incorporan demasiadas funcionalidades.
El 80% de los usuarios sólo utilizan el 20% de las funcionalidades. Desde un punto de vista de didáctico, esto representa una seria traba, tanto para el usuario no iniciado, como para el docente en un aula. En el mercado de los procesadores de texto no existen productos adaptados a las necesidades del mercado. En general están diseñados para usuarios expertos. No hay productos según perfiles de usuario.

4.- Carecen de ayudas útiles.
Dada la complejidad de la interfaz y la enorme cantidad de funcionalidades, se impone una ayuda útil. Veo en este punto un déficit generalizado en los procesadores de texto más populares.

5.- Los procesadores de texto van en dirección opuesta al desarrollo de dispositivos móviles.
La popularización de dispositivos móviles con baja capacidad de procesamiento y memoria, deja fuera a los paquetes ofimáticos en sectores en alza. El abaratamiento de los costes de conexión generan necesidades nuevas de intercambio inmediato de información que no responden a las funcionalidades ofertadas por los procesadores de texto.

6.- Centran gran parte de la atención en el formato y no en la estructura.
Los procesadores de texto orientan gran parte de sus funcionalidades básicas al formato y no a la estructura. Sin embargo, en la mayoría de los entornos, especialmente en la empresa, la estructura es un concepto tan importante como lo es el formato. Así, muchos procesadores carecen de interfaces simples para establecer, definir o estructurar un texto. Otros productos disponen de ellas, sin emargo, son complejas y poco intuitivas. Además, su uso no se promociona y, en los planes docentes, se contempla su aprendizaje como conocimiento “avanzado”. Los principiantes aprenden antes a usar unas tablas o exportar un formato que a estructurar un texto.

7.- Se “venden” como herramientas de composición de texto.
Uno de los atractivos iniciales que poseen los procesadores de texto es la posibilidad de insertar imágenes u objetos en los documentos. Cualquier persona que haga un uso intensivo de esta funcionalidad conoce las enormes limitaciones que el procesador posee en este apartado. A pesar de los avances experimentados por ellos, las herramientas de composición de documentos siguen siendo muy superiores en este aspecto. Se pretende hacer creer desde ciertos sectores que los procesadores de texto sirven para todo. Es una trampa en la que los usuarios caemos con frecuencia en nuestros comienzos.

8.- Poseen carencias para trabajar en entornos de red.
Los procesadores de texto son herramientas que fueron ideadas para entornos aislados. Hoy en día, quienes hacen uso del procesador de texto se encuentran en entornos de red. Sin embargo, el procesador de texto no ha sido capaz de adaptarse a este nuevo medio. En realidad, desde el punto de vista de la transferencia de información, el procesador de textos se ha convertido en una de los principales obstáculos.

9.- No poseen funcionalidades útilesorientadas al trabajo colaborativo.
Todos los intentos que he probado hasta la facha de sistemas de revisiones, control y comunicación de cambios, se cuentan por estrepitosos fracasos. Internet nos permite pasar del intercambio de información al paradigma del trabajo colaborativo. En este nuevo paradigma, el procesador de textos representa un problemas y no una solución.

10.- Para su aprendizaje es necesario conocer las bases de un sistema operativo.
Cualquier usuario novel no comprende la estructura de árbol y sistema de archivos de cualquier sistema operativo. No obstante, para abrir y almacenar documentos con un procesador de textos (en realidad, con cualquier aplicación “local”), es necesario disponer de este tipo de conocimientos. Así, para poder escribir un simple texto, se requiere un aprendizaje previo que, bajo mi punto de vista, resulta tan poco atractivo que, precísamente por eso, se imparte de modo supercial. No hay aprendizaje más inútil que el realizado “a medias”.

11.- La integración con otros programas ofimáticos está muy potenciada, no así con entornos web.
Desde un punto de vista estratégico, si estamos aportando conocimiento a la red y pretedemos que el procesador de textos sea en el futuro la herramienta fundamental de documentación de ese conocimiento, su interacción con los formatos y herramientas utilizados en el web debe establecerse como prioridad. A día de hoy, son insuficientes. Esto generará problemas en el futuro próximo. Estamos enseñando a generaciones enteras el uso de una herramienta compleja que no va a responder a las demandas sociales futuras.

12.- Las funcionalidades asociadas a tags o marcas útiles son complejas de añadir y estructurar.
Las funcionalidades relacionadas con la catalogación de citas, nombres propios, índices, imágenes y otros elementos incluidos en el texto son complejas. Resulta difícil la estructuración de un documento complejo que incluya estos elementos.

13.- El intercambio de información es dicícil ante la guerra de formatos existente.
La conversión de formatos entre diferentes procesadores de texto, y lo que es más grave, entre versiones diferentes del mismo procesador, es un problema sin resolver en muchos casos. La batalla comercial librada en los noventa en este producto ha tenido consecuencias nefastas en lo que a intercambio de información a través de formatos libres se refiere. El monocultivo nos ha creado la ilusión de que no existe problemas en con los formatos porque “todos usan la misma aplicación, por lo tanto, se trata de un estándar”. Sin la adopción de un estándar claro, el procesador de textos genera problemas de amplio calado a escala global.

14.- El posicionamiento del cursor a gusto del usuario en cualquier parte del documento es un problema sin resolver.
¿Por qué no es posible posicionar el cursor en cualquier punto de un documento?¿Por qué no puedo comenzar a escribir en mitad de una página?. No son pocas las ocasiones en que un simple programa de composición y edición de texto es más eficaz que el procesador.

15.- La información generada por procesadores de texto se convierte en inaccesible en muy poco tiempo.
El procesador de textos no incorpora herramientas de indexación. Resulta inútil como herramienta corporativa en este aspecto. Se deja al usuario la labor de catalogación a través de carpetas y rellenando un formulario adicional de información sobre el documento. Gran parte de la información generada los últimos años por los seres humanos en rpocesadores se encuentra almacenada, pero es inútil por resultar inaccesible. Su vida es corta. La mayoría de los usuarios, sin embargo, tienen una visión diametralmente opuesta.

16.- Las medidas de gestión de acceso a documentos en base a políticas de usuario es de escasa calidad en general.
Un “detalle” que no parece resolverse con el paso del tiempo es la confidencialidad y acceso a los archivos a través de contraseña. Esta funcionalidad es interesante en entornos corporativos y no ha sido explotado debidamente. Cada vez más, los entornos laborales se alejan de la idea de que cada trabajador tiene su mesa y su ordenador con su información. En los nuevos entornos laborales, las políticas de acceso a la información son básicas y, la información generada por procesadores de texto, difícilmente puede incorporarse de manera natural a esas políticas.

17.- La integración de los procesadores en el escritorio es baja.
Un detalle nada trivial desde el punto de vista técnico, pero fundamental a la hora de mejorar la usabilidad, es la escasa integración de los procesadores con el escritorio. Su escasa integración generalizada con programas de correo, de gestión de información personal, de mensajería instaltánea o programas de diseño gráfico aislan enormemente a los usuarios que los utilizan. A pesar del esfuerzo realizado por las empresas u organizaciones que desarrollan paquetes ofimáticos, los resultados obtenidos son insuficientes a día de hoy.

18.- Los avances y mejoras son lentos.
El código fuente de los procesadores de texto es muy coplejo, su estructura interna responde a una política comercial agresiva que no siempre ha ido acompañada de la calidad necesaria. La participación de programadores en el desarrollo de nuevas funcionalidades es dificil debido a una curva de aprendizaje alta. Así, estas aplicaciones avanzan lentamente respecto a otro tipo de herramientas, de desarrollo más rápido y dinámico. Su avance en los próximos años será superado por herramientas más simples pero eficientes.

19.- Son herramientas poco personalizables y, por tanto, poco atractivas.
A medida que aumente la adaptación de los seres humanos al equipo informático, la demanda de personalización de las aplicaciones será mayor. Desde este punto de vista, el procesador de textos será cada vez menos atractivo si no mejora este punto.

20.- El procesador de textos no gestiona de manera eficiente documentos de gran tamaño.
El procesador de textos constituye una herramienta de dudosa utilidad para la elaboración de textos largos, especialmente si van salpicados de numerosas imágenes y otros elementos. El enorme peso de la herramienta, así como de los archivos que genera hacen inviable en muchos casos el desarrollo de este tipo de trabajos.

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Algunas de estas debilidades responden a la misma causa. Otras, no son achacables directamente al procesador de texto en su totalidad. Existen otras debilidades menos evidentes pero igualmente importantes que no he incluido, bien porque no se me han ocurrido, o bien porque harían interminable este artículo.

En un segundo artículo, plantearé las fortalezas de los wikis. Despues de ambos, espero llegar a conclusiones más allá de las que soy consciente en este momento. Para ello, animo a que participen de mis ideas en cualquier sentido.

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