Nuestro Presidente criticó con dureza a la patronal de empresarios, y muchos de los voceros del reino aprovechan estos días para dibujar al malo malísimo de la película de un modo simplista. La búsqueda e identificación del culpable de la crisis no está siendo, desde luego, una labor digna de la Sra. Fletcher o Colombo. Los voceros, como si del siglo XIX se tratara, disparan al bulto.
El demonio reencarnado son los empresarios. Demasiado fácil para ser cierto.
En mi opinión, aquí no nos salvamos nadie…o muy pocos.
Los sindicatos llevan años sin hacer nada a pesar de que sabían que la creación de empleo en este país no era óptima. Su sumisión a los gobiernos es vomitiva. Claro que viendo cómo gestionan sus recursos y la pasta que se les asigna…no me extraña. El Gobierno que, por acción u omisión, ha dejado a un lado sectores como el tecnológico para centrarse en sectores de crecimiento rápido no se puede decir que haya ejercido de gurú precisamente.
Todo eso se olvida deliberadamente y se apunta y dispara, a la menor oportunidad, contra el blanco fácil, el vil empresario. Claro que tenemos nuestra cuota de responsabilidad…pero no seremos muñecos de nadie porque a nadie nada debemos.
Ocurre que este país ha cambiado mucho desde finales de los 70. Ahora hay muchos empresarios, muchísimos, y muchos inversores y ahorradores, muchísimos. La clase media de este país está formada, entre otros, por muchos autónomos o empresarios con negocios pequeños que dependen fuertemente de ellos. Son los primeros que llegan y los últimos que se marchan, son los que más arriesgan y sufren, los que suplen las nefastas políticas de los gobiernos con trabajo y compromiso hacia sus empleados y clientes. Son, en definitiva, actores principales en la generación de empleo, y por tanto, riqueza.
Saben que despedir a un trabajador es una tragedia porque las personas son el principal valor de un proyecto, pero saben también que lo más trágico es perder la empresa. Se pierde entonces todo el valor acumulado y se elimina la posibilidad de generar riqueza en el futuro.
Señor Presidente, voceros del discurso oficial, medios dependientes e intelectuales de sillón de casa ajena, la crisis NO es culpa nuestra. El paro NO es culpa nuestra. El fracaso de las políticas de reactivación económica NO son culpa nuestra y, desde luego, el fracaso del diálogo social NO es culpa nuestra.
Para generar empleo hacen falta cambios radicales, dolorosos. Ahora no contratamos a nadie porque NO PODEMOS poner en riego las empresas, es decir, el valor acumulado y los puestos de trabajo actuales. Ahora no contratamos porque NO hay negocio, porque NO hay actividad, NO hay buenas expectativas y NO confiamos en que el año que viene las cosas cambien.
Contratar un nuevo empleado requiere un compromiso de inversión fortísimo para cualquier empresa pequeña. Existen dos vías claras para que un empresario asuma ese compromiso, una expectativa clara de negocio futuro o una fuerte demanda presente. En este país no se da ninguna de esas dos premisas. Por lo tanto, para reactivar el mercado laboral y aumentar las contrataciones, solo hay una salida, rebajar el orden de magnitud del compromiso que se le exige al empresario para contratar personal. Es así de simple. Y eso puede ser compatible con el mantenimiento de derechos de los trabajadores. Es ahí donde, precisamente, hay que poner neuronas, donde hay que innovar. Es ahí donde se espera que sindicatos, patronal y Gobierno aporten luz, tengan ideas. El inmovilismo nos está llevando al desastre y somos nosotros, los empresarios, los únicos que estamos siendo honestos y lo decimos. Las cosas no pueden seguir igual que antes. Nadie va a venir de fuera a salvarnos. Somos nosotros quienes debemos hacerlo. Gobierno y sindicatos se comportan como avestruces.
Y sí, puede que algunas políticas aumenten el riesgo de que se facilite el despido. Seguro que muchos empresarios aprovecharán la coyuntura para hacerlo, pero dudo que la mayoría lo haga porque sabemos que, como comenté antes, el principal valor son las personas. Son indispensables para aumentar el negocio, y por tanto el beneficio, no sólo económico, sino general. Porque, y parece que algunos no se enteran, si les va bien a los empresarios, les va bien a todos, en un país en el que el 90% del tejido empresarial son autónomos, microPYMES y PYMES.
Por cierto, ¿Quién se preocupa de los desempleados?¿Quién se ocupa de ellos, los sindicatos?
Cuando el desempleo bajaba, quienes nos señalan ahora decían que era gracias ellos y sus políticas. Ahora que nos enfrentamos a la mayor crisis de nuestra era moderna, el malo es el empresario, el destructor de empleo, el demonio comeriquezas, el tirano de la fábrica que usa el tam tam cual galera romana. En definitiva, los errores son ajenos y los éxitos propios.
Así nos va…y así nos va a ir. En días como éstos se le quitan las ganas a los emprendedores de emprender y generar riqueza. Y si de lo que hablamos es de emprendedores del sector tecnológico…no digamos.
Resulta indignante que, tras años siendo ignorados por la Administración, ahora se nos hable del cambio de modelo económico como si lo hubiera descubierto ella. Mientras tanto, nos deben un montón de pasta de trabajos realizados, proyectos adjudicados, etc.
Pues no. Hay muchos emprendedores en este sector que pregonan el cambio de modelo todos los días desde hace años, que eran ignorados por todos, incluidos quienes estos días nos señalan como culpables (y sus voceros en plena berrea) y que tienen claro que debe reformarse el mercado de trabajo (y muchas otras cosas) de manera profunda.
A ver si se enteran de una vez esos que nunca han arriesgado nada pero que sacan pecho estos días….
Lo malo no es perder el empleo, es no encontrar uno nuevo. Lo peor no es que una empresa deba despedir a la mitad de su personal, es que tenga que cerrar. Lo malo no es que el despido sea barato, es que la contratación sea cara. Lo peor no es que la mano de obra no esté formada, es que no existen estímulos para corregir esa deficiencia. Por cierto, ¿la próxima generación está más preparada que la anterior?
Por ejemplo, ¿es justo que una persona que, a lo largo de su vida ha estado cobrando el desempleo unos años, tenga la misma prestación al jubilarse que una persona que ha estado cotizando toda su vida? ¿Es justo que salga rentable no trabajar cuando esa prestación la pagan quienes sí trabajan?¿Es justa la situación actual de los autónomos? ¿Eso favorece la emprendeduría?¿Es fácil y barato montar una empresa?¿Y cerrarla?¿Es simple la contratación?¿Y el despido?¿La actual eficiencia de las AAPP favorece nuestra situación económica?¿Pagan las AAPP a las empresas de este país adecuadamente? Y hay muchas preguntas más que el Presidente y sindicatos no quieren responder.
En vez señalar a quienes sostienen el actual empleo como culpables de la crisis, tal vez sea más inteligente hacer su trabajo y pagar a tiempo, mirarse el ombligo antes de ponerse a dar lecciones. Nosotros andamos desde hace tiempo haciendo el nuestro. ¿Han hecho sindicatos y gobierno el suyo en el pasado?¿Lo han hecho bien?
Por cierto, por cada pagafantas que nos señale como culpables desde la AAPP, le pondré a partir de ahora en la lista de morosos. Qué vergüenza oír a algunos políticos y/o funcionarios quejándose de los empresarios cuando no pagan sus facturas…y eso que disparan con pólvora ajena.
Porque en el fondo, se trata en gran medida de eso….de valorar la diferencia entre disparar con pólvora propia o ajena. Si toda nuestra sociedad se basa en que trabajadores y empresas sostienen el kiosko, no parece razonable ni creíble disparar a dar a uno de los pilares del invento, sobre todo, si las críticas vienen de quienes no parecen ser eficientes en el cumplimiento de sus deberes. Sigan así y acabarán repartiendo miseria en vez de riqueza.
Cada palo debe aguantar su vela y todos ponernos las pilas. Unos ya lo hacen diariamente para salvar sus negocios. No pedimos nada, estamos acostumbrados a ventilárnoslas solos. Pero no serviremos de excusa de fracasos ajenos. Ya pagamos cada día muy caro los nuestros.
Dejen de buscar un Judas para que sea azotado por las masas y pónganse a currar.
Sr. Presidente y Ministro Corbacho, manada de ciervos serviles y sindicatos (no he mencionado a la oposición pero podría caer en el saco también, al igual que muchos otros políticos con responsabilidad)…póngase a trabajar y asuman su responsabilidad. Dentro de unos meses, tampoco servirá de nada estos fuegos de artificio. Una vez más, la realidad les dejará en evidencia. Sólo que el problema actual será mucho mayor, el tiempo de reacción menor y las medidas a tomar, más dolorosas.